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Entrevista a Héctor Alterio


"Chaca es parte de mi sangre"

El actor argentino cuenta su infancia junto al ‘funebrero’ y la increíble historia de su tío paterno, ‘Pibona’, arquero del club, primer golero en marcar un tanto en el fútbol profesional argentino y que quedó sordo tras atajarle un penal a Bernabé Ferreyra.

¿Qué significa Chacarita a más de 30 años de su exilio?

-Fue el barrio en el que me crié y el club con el que viví mis primeras emociones futboleras y con el que tuve y tendré una identificación permanente porque es parte de mi sangre.

-¿Lo dice por su tío?

-Exacto. Eduardo Alterio, el hermano de mi padre, fue muchos años arquero de Chacarita. Le decían ‘Pibona’ y empezó allá por los años 20 antes de que el fútbol fuera profesional. Me acuerdo que una marca que patrocinaba al equipo le pagaba con camisetas y calzoncillos. Se hizo profesional y recibió algún dinero. Fue el primero que convirtió un gol y paso mucho tiempo hasta que otro logró hacerlo (Nota: fue el 9 de Agosto de 1931, a Savarro, de Tigre). Fue una historia intensa, de gran popularidad, pero después pasó a Atlanta, el eterno rival y tuvo un final muy triste.

-¿Qué le pasó?

-Contra River, ‘Pibona’ recibió una patada en la cabeza que le afectó los tímpanos. Le atajó un penal a Bernabé Ferreira y en el rebote se tiró a los pies para evitar el gol pero recibió una patada en la cabeza que le provocó una sordera permanente. Mi padre me contó que fue muy dramático porque se levantó y volvió a caer en varias oportunidades. Yo era muy chico y en todos los recuerdos que tengo de ‘Pibona’ ya era sordo. (Nota: el partido fue el 9 de Junio de 1935 en la cancha que River tenía en Alvear y Tagle).

-Defínase como hincha.

-Trato de ser lo más racional posible. Lo que ocurre es que mi racionalidad se ve afectada porque me veo involucrado en reacciones un poco intempestivas.

-¿Es muy puteador?

- En la cancha no porque aquí me conocen y me siento mirado. En cambio, en mi casa viendo la televisión llego a tirarme al piso a patalear. Me da cierto pudor, contar esto, ja ja.

-¿Cómo siguió su pasión futbolera en España?

-Cuando llegué, en pleno régimen franquista, busqué un club que le hiciera la contra al Real, el equipo del régimen. Por lo menos para humillarlos. Y me pareció que el Rayo Vallecano era el equipo a seguir, pero al poco tiempo me di cuenta que no servía para nada. Entonces recurrí al clásico y me fui al Barcelona y dio la casualidad que justo llegaban Menotti y Maradona. Eso me proporcionó la seguridad de que había elegido bien. Pero fui cambiando y me rendí ante el Real.

-¿Cómo que se rindió?

-Sí, ahora soy hincha del Real. Cuando Valdano y Cappa estuvieron en Tenerife le hicieron mucha sombra al Real y lo tenían a Redondo. Cuando los tres van al Real, entre todos los argentinos que estábamos en contra del equipo franquista se produjo una hecatombe y nos convertimos en seguidores del Madrid. Eso no significaba traicionar nuestros sentimientos, sino que el Real se había transformado.

-¿Y la pasión por el fútbol la vive allá de la misma manera?

-No, yo siempre voy a tener a Chacarita en mi corazón y después viene el resto. Yo no sólo extraño el folclore del fútbol argentino sino que lo recupero viendo las transmisiones televisivas. Veo que allá se sigue jugando con otra intensidad, con otra picardía y con otro ritmo. Aquí son un poco más elegantes y aunque esa irracionalidad de la que hablábamos a veces hace daño, el fútbol se vive de otra manera acá y allá.

-¿Y pregunta por Chacarita, trata de ver cómo le está yendo?

-Pregunto y trato de estar informado pero reconozco que es complicado. Estoy rodeado de recuerdos, pero acá empieza una dicotomía, donde mi ignorancia sobre la actualidad pone en duda mi pasión. Y en cambio yo puedo contar cómo les va a Messi o al Kun Agüero, que son los dos máximos referentes de nuestro fútbol en este momento. Y da gusto verlos en acción porque se nota que son argentinos.

(fragmento de la entrevista realizada por Rodrigo Calegari y publicada en diario “Olé” del sábado 21 de Octubre de 2006)

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