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Sucedió en Abril de 2005.
Se enfrentaban Newcastle United y Aston Villa en casa de los primeros.
El colombiano Juan Pablo Ángel adelantó a los visitantes a los cinco minutos. Así concluyó la primera mitad.
Newcastle no le encontraba la vuelta al partido y en el minuto 73', Gareth Barry, de penal, comenzó a sentenciar la contienda. 0-2, para colmo, el mismo Barry, siete minutos después liquidó el pleito gracias a otro penal.
Cuando ya estaba todo el pescado vendido y las “urracas” atacaban en un intento desesperado por descontar y maquillar el resultado, Kieron Dyer y Lee Bowyer no tuvieron mejor idea que tomarse a golpes de puño en la mitad del campo...
El árbitro Barry Knight, que no había expulsado a nadie en lo que iba de la temporada, en este partido ya había echado al defensor de Newcastle Stephen Taylor por una mano intencionada que dio lugar al tercer gol del Villa.
Ante la gravedad de la situación, no tuvo más remedio que mandar a ambos a las duchas.
Tras este lamentable hecho, el Newcastle convocó a una conferencia de prensa una hora después del partido, en la cual Bowyer y Dyer, flanqueando al técnico Graeme Souness, se disculparon, pero quedará en la historia del Newcastle, y del fútbol inglés, este vergonzoso hecho.

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