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Futbolera 977 (Washington Cucurto - Argentina)


Hoy les voy a contar la historia de amor de una gran mujer por el fútbol. Ya sé, me van a decir que el fútbol es un deporte para hombres. ¡No señores! Nada que ver, hoy las mujeres son muy protagonistas a la hora de ver y sentir el fútbol.

Hasta la hinchada más pequeña, por ejemplo la de Douglas Haig, tiene una rubia desopilante y una morocha fuera de serie. Y no es un disparate ver a unas tetonas infernales hablando de fútbol en la tele.

Aun para Jaime Bayly sería complicado explicar el amor de una mujer por la pelota. Pero no confundamos futbolera con botineras, por favor, que son dos cosas bien distintas.

Yo les explicaré lo que es una mujer futbolera de verdad, pues la sufrí en carne propia: tuve el infortunio de enamorarme de una mujer que respiraba fútbol por todos los agujeros de su cuerpo. Su nombre es Futbolera 977.

La conocí en Internet, o mejor dicho jamás la conocí y los pocos datos que tengo sobre su presencia me los dio ella misma, computadora de por medio. Desde que apareció Futbolera 977 en mi vida muchas cosas cambiaron.¿Cómo piensa? ¿Qué gustos tiene una mujer futbolera? Son vanas inquietudes que me surgieron desde que ella apareció en un blog comentando un partido de Boca por la Copa Libertadores de este año.

¡Cuánto fuego sagrado había en aquellos manojos de palabras que Futbolera 977 nos enviaba! “Una abanderada de los colores”, así se definió magistralmente en un blog.

Todo comenzó gracias a mis amigos que me consiguieron trabajo para escribir en un portal deportivo, “el portal de los latinoamericanos en el mundo”.

Sobrevivía redactando partidos intrascendentes, mientras los hinchas del Atlas criticaban mis crónicas con dureza. “Este cerdo barbado no sabe escribir”.

“Señores, por favor, más profesionalismo”, son algunas de las palabras más suaves que puedo reproducirles. Es duro ser blanco de más de 15.000 hinchas del América. ¡Imagínense: yo solito contra todos los hinchas que hay en México! Esta frecuencia se estandarizó y se convirtió en un diario.

El Sr. Michelini me llamó aparte y me dijo: -Cucu, sos un bestia. Pero aglutinás otros más bestias que vos, seguí escribiendo...

El drama del cronista moderno: cree que tiene público. Me enganché y fue mi gran error. A cada palabra que la empresa colgaba en Internet, miles de comentaristas cibernautas me mataban.

Hasta que apareció ella, Futbolera 977. Primero con comentarios escuetos, casi invisibles, pero de un valor futbolístico y humano que ni el Toto Lorenzo, señores. Se peleaba con todos los hinchas en comentarios interminables y nadie le ganaba nunca.

Sufría y lloraba cuando Boquita perdía y se lo escribía al mundo.

Nunca en mi vida me voy a olvidar el día después de que Boca quedó eliminado por Fluminense de la Copa Libertadores.

Futbolera 977 se despachó con un mensaje único en el mundo de los bloggers y tal vez del periodismo entero.

Basta decirles, negros, que nos describía la ciudad triste, llorosa, su día de trabajo gris, la escuelita del Bajo donde daba clases con la camiseta de Boca debajo del guardapolvo, porque para colmo, Futbolera era maestra de cuarto grado inferior. ¡Y decía que venían todos los chicos llorando! ¡Nos pusimos a llorar también nosotros, como unos boludos delante de la computadora, en cualquier parte del mundo donde estuviéramos! Lo que puede, de lo que es capaz, señores, una gran mujer.

Futbolera 977 decía que no siempre los jugadores debían ganar todo lo que disputaban, que muchas veces se achicaban o simplemente se aburguesaban, como nos pasa a todos. Se atrevía a todo, a darle consejos a Riquelme, a cuestionar las decisiones de Ischia.

Jamás la conocí, nunca supe quién era, como en un sueño Futbolera me llenaba y le daba motivos a mi existencia, a mi abrumadora tarea de escribir crónicas deportivas. Ahora que pasó el tiempo, creo confiable darle las gracias por todos sus comentarios que yo esperaba y leía a diario, casi tan a diario como las crónicas que escribía.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero sos un navo mismo tal de cucurto. Arrancá como una moto, flaco.

Anónimo dijo...

Este artículo sobre www.cuentosdelapelota.com.ar es marcador digno en mi opinión. Vale la pena ahorrar para futuras referencias. Es una lectura fascinante , con muchos puntos válidos para la contemplación . Tengo que estar de acuerdo en casi todos los puntos hechos en este artículo .

Totonet dijo...

Agradezco muchísimo tus calurosos conceptos. Te pido mil disculpas por la demora en la publicación del comentario. Sucede que Blogger lo mandó a una carpeta de Spam que no reviso habitualmente.
Gracias nuevamente.