Ante los cambios realizados por Blogger, tiempo atrás, y que afectaron la plantilla de este blog hay textos largos que no se mostrarán totalmente. La solución a dicho inconveniente es hacer click en el título del artículo y así se logra que se muestre el resto de la entrada. Muchas gracias y disculpas por la molestia ocasionada.

Alma bostera (Anónimo - Argentina)


Todos los domingos
tengo una cita especial
a mi equipo del alma
voy a alentar.

Se almuerza y una vez,
finalizado el café,
al Campeón del Mundo
nos vamos a ver.

Adiós vieja,
quedate tranquila y sin miedo,
que nada malo pasará,
a la noche aquí vuelvo.

Me calzo el gorrito bostero,
enciendo la radio,
escuchamos la previa
camino al Estadio.

Alguna risa
por las palabras de Fantino,
o atención a Leto,
analizando el partido.

La Boca histórica,
pintoresca y colorida,
con sus viviendas de chapa
tan conocidas.

Caminito, vuelta de Rocha,
el río y los puentes,
artistas callejeros
y el tango siempre presente.

Como no nombrar
el Museo de Pinturas “Quinquela Martin”,
obras mágicas
que perduran.

Y por sobre todo brilla
gigante y majestuoso,
el templo de la Boca,
mucho más que un coloso.

La gloriosa Bombonera,
del fútbol catedral,
casa del Diego,
y cuna de talentos sin igual.

Se oyen ya los gritos
de guerra y de aliento,
los papelitos comienzan
a volar con el viento.

La Doce hace su entrada
agitando las banderas,
de azul y oro se tiñen
las gradas de la Bombonera.

El bombo y los trapos
se despliegan una vez más,
la hinchada más fiel
que no deja de gritar.

Empiezan los cantos contra River,
las gallinas,
hijos nuestros,
los más amargos de Argentina.

El aliento que aumenta
y de repente la explosión,
sale al campo el equipo
que llevo en el corazón.

Sesenta mil personas
hoy te venimos a ver,
ponga huevos xeneizes
que no podés perder.

Poco importa si juega
Córdoba o Guillermo.
No interesa si vendimos
o no a Palermo.

Porque para el hincha
los colores siempre adelante,
transpirar la camiseta
es lo más importante.

Ay Boquita de mi vida,
Boca de mi alma,
por vos muchas tardes
lloré perdiendo la calma.

Por vos fui capaz
de las cosas más locas,
todo por seguirte,
porque te quiero Boca.

Te alentaré por siempre
de visitante y local,
desde cualquier punto,
platea o popular.

En todas las canchas
donde juguemos
hasta el final del partido
te alentaremos.

Domingo a domingo
se repite la gran fiesta,
y el resultado del encuentro
no me molesta.

Porque te quiero
y nunca te abandonaré
aún en las peores
campañas juro no te dejaré.

Y eternamente agradecido
a mi viejo estoy,
por haberme hecho del más grande,
bostero soy.

A todos lados iré,
festejando y haciendo barullo,
mostrando tus colores,
defendiéndolos con orgullo.

Y hasta la muerte
cantando xeneizes a ganar.
la mitad mas uno,
el pueblo y el carnaval.

Boca, te llevo en el alma
y cada día te quiero más.

No hay comentarios: