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Entrevista a Gerd Müller


Sr. Müller, ¿por qué ganará Alemania el Mundial del 2006?

No creo que nuestros chicos lo consigan. Espero que estén entre los cuatro mejores equipos. Pero, por otra parte, soy un mal profeta. Suelo jugar a las quinielas y casi siempre me equivoco. Quizás también me equivoque con respecto al equipo nacional.

Sólo falta un año para el mundial, ¿siente una especie de tensión previa?

La Copa Confederaciones es la primera puesta a punto. Pero por lo demás, aún no siento nada. Eso se va acumulando lentamente. Creo que el seleccionador nacional, Jürgen Klinsmann, debería empezar a jugar con el once inicial pensado para el mundial. Los jugadores del equipo deben acostumbrarse a jugar juntos, eso da seguridad.Sin embargo, él no deja de probar y probar.

Antes solía actuar siempre con la “pachorra” del bávaro, ¿o sólo fingía esa tranquilidad?

Antes de los partidos importantes, uno se va poniendo nervioso poco a poco. Pero cuando saltas al campo todo se acaba. En mi caso también era así. Siempre he jugado en buenos equipos, eso te tranquiliza automáticamente.

En el equipo nacional, usted ha superado algunos baches de forma.

Aún me acuerdo perfectamente, jugábamos en el antiguo estadio del TSV 1860, en la Grünwalder Straße, donde los espectadores estaban muy cerca del terreno de juego. Enfadado por mi mal juego, grité: "Si soy una mie... jugando, ¿qué hago en el equipo nacional?" Al día siguiente lo publicaron en el periódico y el seleccionador nacional dijo: "Entonces no puedo dejar que juegues." Pero quería cambiarme cuando Franz Beckenbauer saliera del campo. Aunque no era lógico por la posición en que jugábamos, él lo hizo. Nada más salir al campo, el balón acabó en la red. Derrotamos a Francia por 5-1 y mi crisis de baja forma desapareció.

Es usted el mayor goleador alemán de todos los tiempos. ¿Dónde está el monumento en su honor?

Monumento... que vaaa, de eso no hay nada. No me hace falta.

Se le llamaba "Bomber der Nation" (bombardero nacional) o "kleines, dickes Müller" (gordito Müller)...

Me gustaba más lo de "bombardero". "Gordito Müller" me llamaba mi antiguo entrenador Cajkovsky, pero lo decía de forma cariñosa.

Sr. Müller, en la final del Mundial de 1974 marcó el gol decisivo en la victoria por 2-1 contra Holanda. ¿Sería capaz de encontrar el punto exacto en el estadio hoy en día?

Al milímetro. El gol se suele ver a menudo en televisión. Pero también lo conservo en la cabeza. Cuando lo veo, me suelo preguntar: ¿Cómo conseguiste meterlo? Luego siempre se me pone la piel de gallina.

¿Y cómo fue exactamente?

(Gerd Müller se pone de pie y representa sobre la mesa la escena, aunque le faltan las figuras de los jugadores.) Aquí había tres holandeses, yo me muevo y ellos me siguen. Me vuelvo hacia atrás, ellos se quedan. El balón entra desde la derecha, centrado por Bonhof, se me escapa del pie izquierdo...

Perdón, ¿no se preparó el balón intencionadamente?

No, no, se me escapó del pie izquierdo hacia el derecho. Me giro y disparo inmediatamente. Como delantero, uno sabe dónde está la portería...

Usted ha conseguido goles desde todas las posiciones. Hoy la mayoría de los delanteros tiran a meta con la máxima potencia.

Sí, eso es algo que les reprocho. Sólo saben pegarle fuerte y a veces le dan al portero. También hay que saber empujar o bombear el balón. Lo principal es que el balón traspase la línea. Los goles flojitos también cuentan.

Es usted entrenador de un equipo de la cantera del FC Bayern. ¿Qué le puede ofrecer a los jóvenes?

Les he puesto vídeos míos, pero eso no se puede aprender, sólo cabe mejorarlo. Bruno Labbadia ha sido el único que ha jugado de forma similar. No hay ningún otro jugador.

Sinceramente, Sr. Müller, teniendo en cuenta los muchos goles que ha marcado, uno se pregunta: ¿eran tan malos los defensas de entonces o era usted tan bueno?

Sin duda, yo era bueno. Entonces solías tener en contra tuya un defensa central y el hombre libre en el centro de la defensa. Había muy poco espacio. Ahora se juega con una defensa de cuatro en línea. Con este sistema hubiera marcado aún más goles. Pero con los míos tengo bastante.

¿Cuál ha sido su gol más bonito y cuál el más importante?

Naturalmente el gol del 2-1 en la final del mundial fue el más importante. Pero mi gol más bonito lo conseguí en el partido repetido de la final de la Copa de Europa de 1974, el 2-0 contra el Atlético de Madrid. Fue un centro de Kapellmann, aunque no estoy muy seguro, paré el balón con el pecho y marqué de volea.
(Nota de la redacción: El primer partido acabó 1-1, el segundo 4-0 para el FC Bayern; goles: Müller y Hoeness, 2 cada uno.)

¿Cómo ha cambiado el sistema de juego con respecto a los años 70 y 80?

Nosotros aún jugábamos con cinco puntas o, al menos, con tres. Hoy se suele jugar con dos delanteros y, a veces, sólo con uno. Y con la defensa de cuatro en línea siempre hay atrás un hombre más que entonces. Antes, cuando en nuestro equipo subía Franz Beckenbauer como hombre libre, Zobel o Roth tenían que hacerle la cobertura. El central Schwarzenbeck nunca debía subir.

Usted trabaja como entrenador -a diferencia de antes- más en segundo plano. ¿Se considera afortunado?

Sí, totalmente. Acabo de prolongar mi contrato otros cinco años hasta el 2010. Entonces cumpliré los 65 y se acabó.

De los integrantes del equipo mundialista del 74, Uli Hoeness se convirtió en el principal directivo de la Bundesliga, Franz Beckenbauer fue, entre otras cosas, campeón del mundo como seleccionador y Berti Vogts fue campeón de Europa como seleccionador. ¿No le hubiera gustado lograr algo parecido?

No, estoy totalmente satisfecho. Los cargos directivos no me van, no estoy hecho para eso. Como entrenador junto a Hermann Gerland en la cantera del Bayern me siento completamente realizado profesionalmente.

¿Y qué tal su sensibilidad actual? ¿Le pica el gusanillo del gol de vez en cuando?

No, ya no me pica. Ahora juego al tenis. Además, tengo la espalda hecha polvo y no podría jugar al fútbol aunque quisiera. El tenis me va bien, aunque de vez en cuando siento un poco de dolor. Pero supongo que no me sentiría bien sin hacer algo de ejercicio.

(entrevista realizada por el popular periodista deportivo alemán Wolfgang Golz, en Junio de 2005 y de cara al Mundial de 2006, con el recordado goleador alemán)

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