Ante los cambios realizados por Blogger, tiempo atrás, y que afectaron la plantilla de este blog hay textos largos que no se mostrarán totalmente. La solución a dicho inconveniente es hacer click en el título del artículo y así se logra que se muestre el resto de la entrada. Muchas gracias y disculpas por la molestia ocasionada.

Réquiem por un futbolista (Samuel Orellana - Chile)


In memoriam Raimundo Tupper


¿Es que en realidad nunca te vi jugar?
Mi corazón azul se entristece igualmente
por ti, como por esos partidos suspendidos a causa de la lluvia
en la memoria.
Podría empezar a decirte
ahora que han pasado tantos años
desde aquel veinte de Julio, ahora que estás muerto, por primera vez
apasionado y gustoso:
¿fue como esperabas,
es mejor estar del otro lado de la cancha?

Tus jugadas fueron siempre una semilla mal plantada,
pero ahora que me llevas nuevamente a ese día
y te veo pasar alado y fuerte a través de todo,
creo que puedes dar frutos más allá de San Carlos
y podría aplaudirte como a uno de los nuestros.

Espero que ahora, cerrado como estás
o repartido por el viento en los caminos
del barrio alto,
no sigas con ese absurdo engaño de los muertos:
tú, joven hasta la disolución,
encontrarás alrededor de las estrellas verdaderas
la alegría que nunca sentiste entre nosotros.
Pero cuán cercano estabas,
preferiste hundir tu cabeza en el abismo
de la desventura, caíste dentro de ti de manera fatigosa
como fue siempre la costumbre de tu equipo
a través de unas venas ya sin sangre.

Hay golpes, es verdad,
lo que no esperabas fue ese peso del todo insoportable:
algo parecido al brillo de una copa,
de un cáliz (en la oscuridad de los montes y los olivos)
tan pesado por ser tan verdadero.
Ves, éste fue quizás tu momento más cercano a la galera
pero no pudiste comprenderlo
sino en el aire
segundos antes de tocar el piso.

Oh este golpe que atraviesa los estadios
y alguna vez las redes de ese mar a donde vamos,
esto abierto que sin decir nada se nos cierra
con esa corriente de aire, dura y cortante,
de tu cuerpo cargado de impaciencia
devastado
hasta más allá del partido.
Sí, es verdad, pediste el cambio antes de tiempo
esa delgada mañana de julio
y arrancaste sus máscaras junto con la tuya,
en silencio, como si observaras a través de agujeros escondidos
el secreto de un amague, un golazo en construcción
o un viaje a las islas afortunadas:
el pase a Europa que nunca se concretó, tantas cosas
parecían arraigarse en ti, parecían.

No bastó que la suerte pusiera una mano
entre tú y el comienzo de la ira,
no quiero pensar en alguien capaz de detenerte
cuando tú, mudo, saliste a consumarlo todo,
sin pensar si fuiste bueno.
¿A quién puede importarle ahora, tantos años después?
La muerte sigue siendo un asunto de los vivos.

En realidad nunca te vi jugar
pero fui testigo de tu gloria
la mañana en que llegaron con tu cuerpo
ya santificado por dos días de luto.
Tus hinchas gritaron como nunca
y ahí estaba yo, aplaudiendo frente a uno de los nuestros,
porque para eso jugamos, porque eso somos:
el recuerdo de un aplauso,
un par de piernas que se deshacen en la cancha,
cansadas de eludir la marca de su sombra
y de patear al aire sus gruesos espejismos.
¿Quién habló de victorias? El resistir lo es todo.



NOTA: Raimundo Tupper Lyon (1969-1995), jugador chileno de fútbol. Nació en Santiago, en el seno de una familia adinerada y vinculada al club Universidad Católica. Además de su carrera deportiva, cursó estudios de ingeniería y se dedicó al negocio de bienes raíces. Comenzó su trayectoria como futbolista en la Universidad Católica, equipo en el que despuntó como lateral izquierdo, lo que le sirvió para llegar a la selección absoluta de su país. Con ésta disputó dos ediciones de la Copa América, formando alineación con jugadores como Iván Zamorano. Al parecer su carácter era depresivo, y fruto de estas depresiones, en julio de 1995, cuando efectuaba una gira con su club por Guatemala y Costa Rica, decidió quitarse la vida lanzándose al vacío desde el noveno piso de un hotel de San José. Unas horas antes había advertido a un compañero de equipo que se disponía a “tomar una decisión importante”.
Fuente: Enciclopedia Encarta

Un especial agradecimiento a la gentileza de SAMUEL ORELLANA (Maipú, Chile, 1978) Licenciado en Filosofía por la Universidad de Chile, quien permitió la publicación en este blog de los poemas pertenecientes al libro "Gol de Oro", editado en el año 2004.

No hay comentarios: