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Un hecho curioso se produjo dentro del fútbol uruguayo en el año 2008. Concretamente, jugaron juntos padre e hijo en la Primera División del Montevideo Wanderers: Carlos María Morales y Juan Manuel Morales. En ese partido que quedó para la historia, Montevideo Wanderers enfrentó, por la primera fecha del torneo charrúa, a Peñarol.
El padre, Carlos Morales, de 38 años, venía de una extensa trayectoria deportiva que comenzó en el River Plate de la capital uruguaya, para pasar luego por el Toluca y el Atlas, en México, y Unión Española, O'Higgins y Everton, en Chile,
Por su parte, Juan Manuel, de 19 años, en sus comienzos, no podía creer que en la segunda parte del cotejo, el técnico lo haría ingresar al campo de juego, para hacer paredes y goles junto a su progenitor: "Solo habíamos jugado un par de amistosos, y en algún momento, para pedirle un pase, se me escapó un '¡Dale Pá!', que sirvió para que me tomaran el pelo mis compañeros y mis rivales también. Pero este partido fue oficial, algo que queda registrado para siempre en las estadísticas", dijo Juan Manuel.
En cuanto a Carlos, dio gracias a Dios al verlo entrar a su hijo, para tenerlo como compañero: “Sí, somos compañeros, porque no quiero marcar una diferencia con el resto de los jugadores. Concentramos y comemos en mesas diferentes y dormimos en habitaciones diferentes. Ahí en el campo de juego, ni padre ni hijo, compañeros".
Finalmente, Carlos distinguió los estilos de juego: “Mi hijo es un volante zurdo, rápido y más técnico que yo. Lo mío es oportunismo para el gol y ser un gran luchador”.

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