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La Copa Libertadores, a su vez, entraba en su fase crítica histórica. Llovían reclamos de todos los medios acerca de la brutalidad criminal que imperaba en el torneo continental. Y Estudiantes, que seguía para 1970 en la cumbre de la Copa, viajó a Montevideo para chocar en el partido revancha ante los mirasoles de Peñarol. Y chocar es una buena forma de definirlo, sin eufemismos de por medio.
El partido de ida había sido para los de La Plata por uno a cero. Los platenses buscaban su tercera copa consecutiva, cosa que lograrían al empatar en cero en la capital uruguaya.
El ex jugador de Estudiantes "Tato" Medina recuerda: “Faltaban quince minutos para el final, empatábamos cero a cero, y cuando iba a sacar un lateral, Bilardo me gritó que lo hiciera engranar a "Tito" Gonçalves (foto). Empecé a demorar el saque, me acerqué al uruguayo y lo insulté para que reaccionara ahí mismo. Ni se inmutó. Me miró fijamente y me dijo ‘cuando termine el partido te vas a acordar de mí’. Pasaron los minutos, llegó el final y salí corriendo para celebrar con mis compañeros la tercera Libertadores seguida que ganaba Estudiantes.
De repente, sentí que me agarraban del cuello y me pegaban en la trucha. No recuerdo nada más. Cuando me desperté, estaba en mi cama, en el hotel, con una bolsa de hielo en el melón para achicar los chichones. Durante los diez días siguientes, mi única alimentación fueron líquidos que tomaba con una pajita. Recién entonces comprendí por qué le habían hecho fama de caudillo a Tito Gonçalves”.

(tomado de la página “En la tribuna”)

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