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“¿Por qué no pueden los ciudadanos vascos aplaudir a una selección que juega en su nombre? ¿Por qué vosotros, los deportistas, no tenéis el derecho de jugar en nombre de vuestro pueblo, salvo excepciones? Sentimos inquietud y cólera pues has defendido los colores de un Estado enemigo... Has sido pagado con creces para llevar la camiseta de un Estado opresor con el dinero robado a los vascos y al pueblo vasco. Habida cuenta de los emolumentos recibidos del enemigo, ETA se dirige a ti. Una falta de respuesta entrañaría una respuesta contra ti y contra tus bienes”.

(Párrafo de la carta recibida en Diciembre de 2000 por el ex jugador vasco Bixente Lizarazu de parte de la organización terrorista vasca “ETA” disconforme pues el defensor jugaba por la selección de Francia.
Lizarazu fue llamado por la Justicia francesa, que investigó sus cuentas para ver si había colaborado. El infierno de Lizarazu no acabó ahí. Cuando le amenazaron, tuvo que cambiar de vida, llevar escoltas, utilizar salidas y entradas diferentes en los aeropuertos cuando jugaba con el Bayern... e incluso le afectó a nivel de selección.
Cuenta en su libro que el seleccionador Roger Lemerre le relegó a la suplencia en 2001 en un partido contra Alemania y se lo transmitió con estas palabras: "No te voy a sacar. ¿Sabes?, incluso he dudado convocarte. Con todo lo que pasa a tu alrededor, la carta de amenazas de ETA, he temido que traigas ondas negativas al equipo. El equipo es más importante que todo, más importante que tú".
Esta carta se encuentra en su libro en donde también transmite su sentimiento sobre el vasquismo: “Amo profundamente el País Vasco pero jamás he sentido la necesidad de reivindicar mi pertenencia de manera política. (...) nada me permite pensar que la existencia sería mejor si mi País Vasco se volviera independiente”.

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