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Faltaba poco para terminar San Lorenzo-Boca en Huracán, el domingo 4 de Noviembre de 1989, la visita estaba apretando, el local miraba al reloj más que al contrario, cuando una pelota se fue al lateral de su lado y Blas Giunta (foto) fue a buscarla junto al alambrado. El oficial de la Federal que estaba ahí al lado, quizá recordando viejas épocas, justito justito que el profesional la iba a agarrar, se la pisó y la pasó para un costado.
-¡Giunta! ¡Giunta! ¡Giunta! -le clama la barra su consigna particular-. ¡Huevo! ¡Huevo! ¡Huevo!
Desde el arco, Carlos Navarro Montoya se vino al humo y hubo, por decir algo, una especie de entredicho entre el guardián del orden y muy en especial con el desairado por insólita maniobra de potrero de una autoridad constituida. A tal punto que el oficial lo llamó a Francisco Lamolina, juez argentino internacional que dirigía el encuentro, máxima autoridad en el campo de juego, y de acuerdo con la cadena de mandos le hizo disciplinadamente saber que Giunta lo había agredido de palabra.
El sanguíneo volante no pudo con el genio:
-¿Cuándo te agredí yo, muerto de hambre?!! -replicó.
Aclaradas así las cosas, Lamolina procedió a pedirle al oficial que se retirara del campo de juego y el falsamente acusado pudo por fin hacer normalmente el saque lateral.

(tomado del libro "Jodas futboleras de antología", de Amílcar Romero, Ediciones Cambio S.R.L., pág. 78 y 79)

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