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Un extraño suceso se produjo pocos minutos antes de iniciarse el partido entre Hungría y Portugal, el 13 de Julio de 1966, por el Grupo 3 del Mundial de Inglaterra.
Los espectadores que asistieron al estadio "Old Trafford" de Manchester, notaron que cuando el equipo húngaro realizaba el precalentamiento, su arquero Szentmihalyi resbalaba de manera imprevista, golpeándose la cabeza contra uno de los postes, quedando semiinconsciente.
Lo atendieron durante varios minutos (el árbitro inglés Callagham comenzó las acciones con retraso), hasta que Szentmihalyi pudo recuperarse. Pero no del todo. Se sentía mareado, aunque igualmente pidió que lo dejaran en su puesto.
Apenas comenzado el partido, antes de los 2' Portugal se colocaba en ventaja. Una mala salida del arquero húngaro ante un centro, permitió el limpio cabezazo de Augusto.
Luego, Eusebio chocó con Szentmihalyi, quedando éste aún más obnubilado. Pero siguió atajando, sin una total recuperación. Nadie, en el banco de suplentes, lo advirtió.
En la segunda parte, Bene empató a los 15', pero casi inmediatamente, un tremendo yerro de Szentmihalyi, provocó la desazón húngara. Eusebio quiso tirar centro, el arquero hizo "vista" y... 2-1.
Poco antes del final, Torres convirtió el tercer gol portugués, ante una nueva falla del arquero.
Así, Portugal ganaba un partido que en la previa suponía difícil, pero que se le dio a favor debido a las circunstancias mencionadas y ante la poca previsión del cuerpo técnico de Hungría, dejando a un arquero en inferioridad de condiciones al que le hicieron goles tan tontos como decisivos.

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