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De la lista de los más grandes futbolistas que actuaron en la transición del amateurismo y el profesionalismo argentino figura, sin dudas, uno de los primeros ídolos de la hinchada de Boca: Roberto Cherro (aunque su verdadero apellido era Cerro).
Pues bien, a Cherro (foto) le tocó ser protagonista de un hecho muy particular dentro de nuestro fútbol. Es que en un partido disputado en el certamen de 1930 -tiempos del amateurismo- entre Boca y Honor y Patria, y que ganaron los xeneizes por 9 a 1; ¡anotó 7 goles! Una cifra verdaderamente inusual en cualquier época, pero que tuvo un condimento como para destacar. Sucedió que "Cabecita de Oro", tal era su apodo debido a su fortísimo cabezazo, no pudo aumentar ese récord de goles porque en el segundo tiempo se lesionó el arquero de Boca, Mena, decidiéndose a ocupar la valla de su equipo.
Allí tuvo una actuación descollante y terminó aplaudido. Se atajó todo, pero no pudo hacer ningún gol más. Roberto Cherro se convirtió en una leyenda del deporte nacional, una figura que siempre intentamos rescatar para que las nuevas generaciones sepan los apellidos de los que hicieron grande, durante los primeros años, a este fútbol nuestro que hoy es respetado en todo el mundo.

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