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Un hecho insólito que se sumó a una larga serie dentro del historial del fútbol argentino ocurrió en ocasión de enfrentarse Rosario Central (1) y San Martín de Mendoza (2) en la 6ª fecha del Campeonato Nacional de 1967, partido jugado el 18 de Octubre de ese año.
Varías de las delegaciones provincianas que han participado en dicho torneo, se han dedicado por razones comerciales a obsequiar antes del comienzo de los partidos a los jugadores rivales con algún producto elaborado en la provincia a la que representaban. Los futbolistas mendocinos esperaban la aparición del cuadro adversario para hacerlo después y entregar a cada jugador una caja conteniendo botellas de vino. Pero los jugadores de Rosario Central esperaban a su vez por razones cabalísticas que salieran los contrarios para hacer su aparición en la cancha.
De tal modo, se asistió al hecho inusual de que ninguno de los dos cuadros deseara aparecer en primer término por diferentes razones, motivando esa actitud una exagerada demora en el comienzo del cotejo ante la incredulidad del árbitro Bossolino, encargado de impartir justicia en ese encuentro, y de los 3.900 espectadores presentes en el estadio de Arroyito.
Al cabo de mucho esperar, salió primero el cuadro rosarino, pero como desagrado por haber tenido que quebrar una costumbre, los jugadores de Central rechazaron el obsequio que les fuera ofrecido por los mendocinos. Un episodio ilustrativo de la fuerza de las cábalas en el fútbol sudamericano, intensificadas a veces por la incapacidad de algunos jugadores.

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