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El apodo de “Pato” en el ámbito futbolístico nacional tiene como sus protagonistas más significativos al inolvidable “Pato” Pastoriza y al legendario “Pato” Fillol, actual entrenador de arqueros en el seleccionado nacional.
A propósito de Fillol, éste destacó en un programa televisivo los motivos del origen de su seudónimo. Comentó que cuando vino desde San Miguel del Monte a probarse en Quilmes con un amigo de apellido Pando, en apenas dos prácticas quedaron fichados para la Novena división: Fillol como arquero (también tuvo la intención de jugar como “centrojás”, pero le dijeron que se definiese y se quedó como guardavallas) y Pando, como mediocampista.
Al mes de estar en Quilmes, Ubaldo Matildo Fillol se afirmó como titular de la Novena. Una mañana, después de haber realizado su práctica de fútbol y mientras se estaba cambiando en los vestuarios, el entrenador de la Quinta División, ante la ausencia de su arquero, el "Pato" Ibáñez, le pidió al técnico de Novena si le “prestaba” para el partido de entrenamiento a uno de los suyos. Y fue designado el desconocido Fillol para jugar con los más grandes, de 17 años.
Al minuto, Fillol salió a recoger un pase en profundidad y se quedó con la pelota en sus manos. Inmediatamente, sus compañeros, acostumbrados a pedírsela al “Pato” (por Ibáñez) comenzaron a gritarle a su desconocido y circunstancial arquero: ¡“Pato”, dámela al pie!”, “¡Dale “Pato” que estoy solo!”, o “¡”Pato”, dale al wing que te la está pidiendo!”.
Fillol, quien no entendía el porqué del “Pato”, jamás intuyó que ese apodo, propiedad de Ibáñez, le iba a quedar como una marca registrada a nivel mundial, como sinónimo de fenomenal arquero.

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