17 de noviembre de 2007

Garrincha (Manuel Picón - Uruguay)


Lo lleva atado al pie como una luna atada al flanco de un jinete
lo juega sin saber que juega el sentimiento de una muchedumbre
y le pega tan suave, tan corto, tan bello
que el balón es palomo de comba en el vuelo
y lo toca tan justo, tan leve, tan quedo
que lo limpia de barro y lo cuelga del cielo
y se estremece la gente, y le ovaciona la gente.

Lo lleva unido al pie como un equilibrista unido va a la muerte
lo esconde y no se ve, le infunde magia y vida y luego lo devuelve
y se escapa, lo engaña, lo deja, lo quiere
y el balón le persigue, le cela, le hiere
y se juntan y danzan y gritan, la siente
y se abrazan y ruedan por entre las redes
y se estremece la gente, y le ovaciona la gente.

Quién se llevó de pronto la multitud
quién le robó de pronto la juventud
quién le quitó de un golpe el hechizo mágico del balón
quién le enredó en la sombra la pierna, el flanco y el corazón.

Quién le llenó su copa en la soledad
quién lo empujó de golpe a la realidad
quién lo volvió al suburbio penoso y turbio de la niñez
quién le gritó en la cara usted no es nada ya no es usted.

Al último balón lo para contra el pecho y junto al pie lo duerme
lo mira y sólo ve cenizas del amor que estremeció a la gente
y lo pierde en la hierba, lo deja, lo olvida
no lo quiere, le teme, no puede, no atina
y se siente de nuevo enterrado en la vida
y el balón se le escapa entre insultos y risas
y se enfurece la gente, y le abuchea la gente.

Quién le quitó de un golpe el hechizo mágico del balón
quién le enredó en la sombra la pierna, el flanco y el corazón
quién lo volvió al suburbio penoso y turbio de la niñez
quién le gritó en la cara usted no es nada ya no es usted.


Manuel Picón

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